Sunday, December 03, 2006

Asfixiante sol


Era otro día más, el sol nuevamente lo cubría todo. Hasta la sombra más oscura se transparentaba frente a la presencia del astro rey que últimamente a estado muy prendido.
Y como ya es sabido el sol es mi kryptonita, me desactiva, me vuelve inerte, paso de ser el hombre más feliz y optimista a ser una bosta tirada sobre una cama tratando de soportar el calor.
Así que ese era el panorama: Me encontraba tirado como un estropajo sobre una cama levemente desordenada y en una pequeña pieza asfixiante tratando de enfrentar levemente el infierno que me rodeaba. No era capaz de pensar ni mucho menos de pararme a buscar el ventilador (a ese nivel de muerte llegaba).
Por suerte o por milagro alguien me leyó el pensamiento y entró a mi antro con el ventilador y una toalla mojada. La felicidad que me produjo sentir la humedad sobre mi sien solo es comparable con la felicidad del primer beso o la felicidad de ser en su máxima potencia. Y ahora revitalizado solo atiné a darle las gracias y salir corriendo a hacer lo que tenía que haber echo siempre: Soportar el calor y enfrentarme al mundo.

Salí a la calle, revisé mis bolsillos, no faltaba nada. Comencé el viaje... pero... ¿A donde iba?

Es obvio, iba a zarpar...

¿Un viaje al mar? Lo sabrás en la siguiente entrega...


Se despide "calurosamente"
El Bardo, sofocado.

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